Querido amor:
Escribo sólo para decirte que sigo aquí plantada, en el mismo lugar dónde me dejaste. Al principio la sensación de oscuridad y presión de la tierra sobre mí era insoportable, ¡yo era una semilla tan pequeña! Casi no podía respirar y el dolor me tenía paralizada. Intenté llamarte y buscarte pero no tuve respuesta. Tu silencio me pareció el peor de los castigos y más aún, sin saber por qué lo recibí.
Escribo sólo para decirte que de repente ya no tenía miedo, ni sensación de soledad y sí una necesidad imperiosa de sacudirme de furia y rabia, ¿por qué me dejaste allí, así, sin más? Entonces, desde la impotencia, ocurrió algo extraño… ¡me moví! Pensaba que las semillas no podían moverse. Además empezaron a brotarme brazos y piernas y comencé a crecer y de ahí pude obtener algún alimento.
Escribo sólo para decirte que aunque me había acostumbrado a tu silencio mantenía la esperanza de que volvieras, al menos, para darme una explicación. Pero un día la perdí, dejé de sentir que eso fuera posible entonces… lloré día y noche, comencé a aceptar que ya no volverías, y sin darme cuenta todas esas lágrimas me regaron y limpiaron algo de la tierra que me envolvía y crecí…
Escribo sólo para decirte que seguí creciendo sin parar hasta que de repente un día… ¡vi la luz! No me podía creer que todo aquello lo hubiera hecho sola con todo lo que llevaba en las entrañas… ¡Wow! El sol me calentó hasta el último rincón de mi corazón… espera… ¿corazón? Entonces me di cuenta de que hacía tiempo no recordaba como era su latido y la cantidad de amor que desprendía… gracias a ti y a tu silencio había vuelto a escucharlo…
Escribo sólo para decirte que hoy, ha brotado en mí una flor, y sigo fascinada con el olor que desprende y que haya surgido de la semilla tan diminuta que yo era. El sol, la lluvia y la tierra van dándome todo lo que necesito y apenas tengo que concentrarme en el día a día para que todo vaya bien ¡esto es como un milagro!
Escribo sólo para decirte que a veces aun te recuerdo, el poco tiempo que estuve en tus manos fue bonito y me sentí feliz. Amarte, amarnos, amarme fue un placer. Y si en algún momento vuelve a mi cabeza ese ¿por qué me dejaste así de plantada? Olisqueo mi propia flor, mi corazón late más fuerte recordando el amor que sentí por ti y se acompasa al ritmo de la gratitud, a veces, soltando alguna lágrima que me deja aún más brillante y luminosa.
Escribo sólo para decirte que ¡me estoy convirtiendo en un árbol! los he visto a mí alrededor y sé que voy a ser como ellos ¡frondosos, altos, increíbles! Recuerdo haberte dicho que yo era una semilla de arce, aunque no tenía ni idea de lo grande y hermosa que podría llegar a ser, ahora si lo sé. Lo que no recuerdo es que me dijeras lo que eras tú, me gustaría pensar que quizás también eres otro árbol y te has quedado plantado en algún otro lugar.
Escribo solo para decirte que algún día, cuando pueda cobijar a la sombra, cuando mis flores deleiten los sentidos de muchos y yo sirva para despertar en otros la belleza y el amor, siempre recordaré que fue gracias a que tú, un día, me plantaste y yo puse todo mi amor para… simplemente, SER.”